11 junio, 2010

Fin de la selectividad!!!!

Fin de la selectividaaaaaaaaaaaddd!!!!!!!!!!
Bieeeeennnnnnnn!!!
Por fin se acabó!!!!!!
VIVAAAA VALEEEE!!! (L)

23 mayo, 2010

El Alma que Lee (Capítulo 9)


Nos encontrábamos allí. En aquella tienda. Paredes ocres y parqué en el suelo. Los aromas del ambiente me relajaban profundamente. Una voz sosegada y dulce que salía desde detrás del mostrador se dirigió a nosotros.
- Buenas noches. Bienvenidos a Aura, ¿qué desean?
Yo la observé detenidamente. Era una mujer joven, estaría en la treintena, de cabello cobrizo y ondulado recogido con un lazo blanco. Mantenía una sonrisa amplia y mucha vitalidad en su mirada.
- O mejor dicho, ¿qué deseas? – preguntó centrando su atención en mí.

21 mayo, 2010

El Alma que Lee (Capítulo 8)


Me encontraba delante del mostrador de la biblioteca esperando a que llegase el bibliotecario. Jake estaba a mi lado, llevábamos más de veinte minutos ahí plantados sin que apareciese nadie. El edificio estaba vacío exceptuando las interminables hileras de estanterías, el polvo que se acumulaba por los rincones y nosotros.
Siempre me había encantado aquel lugar, de pequeña lo visitaba con frecuencia, el primer día que visité la biblioteca me encaramé a las estanterías como si fuese un mono para alcanzar un libro, pero apareció aquel bibliotecario y me ayudó.
Desde aquel momento al menos un par de días a la semana obligaba a mi madre a que me llevase, era mi rincón secreto, un lugar donde podía ser yo rodeada de aquellas páginas repletas de letras que tanto me fascinaban.

25 abril, 2010

Los Ojos que Ven (Capítulo 8)


Tras el que me pareció el viaje más largo y escalofriante de mi vida, así como insoportable debido al agradable niño situado detrás de mí y que una vez tras otra arremetía con todas sus fuerzas inacabables patadas a mi asiento, aterrizamos en el aeropuerto y sentí que volvía a respirar.
Tomé mis maletas, que no eran pocas a causa de la insistencia de mi abuela de que todo era importante, y en cuanto pasó un taxi libre hice la señal para que parara. Me subí contenta de estar de nuevo en casa, solo en aquellos momentos me di cuenta de lo mucho que había echado de menos todo aquello. Le indiqué amablemente al taxista el destino al que debía llegar y luego me acomodé, al fin, en el asiento del copiloto dejándome llevar por la suave música procedente de la radio mientras mis ojos volvían a situar todos aquellos paisajes en mis más profundos y a la vez especiales recuerdos.

23 abril, 2010

El Alma que Lee (Capítulo 7)


Por fin me habían dejado salir de aquel odioso hospital, no echaría de menos el olor, la frialdad, los medicamentos; pero extrañaría mucho el cariño de las enfermeras y a los guapos, jóvenes y simpáticos residentes.
Acaba de llegar a casa y me había acomodado en mi cama. Me sentía tranquila de volver a estar allí. Respiré el aroma al perfume de lavanda de mi madre, junto al suavizante de la ropa y el ambientador de flores, y supe cuánto había deseado regresar.
Estaba tumbada en la cama con las piernas cubiertas por una fina colcha, cuando mi hermana entró muy despacio con un vaso de leche caliente y galletas de chocolate. Sonreí al ver la expresión de Vicky, parecía una ladrona intentando entrar sin que la descubriesen.

21 abril, 2010

Los Ojos que Ven (Capítulo 7)

Mi dedo a penas había rozado el timbre cuando Vicky me abrió la puerta. Me miró durante un segundo y me hizo un gesto con la mano.
- Pasa - Hice ademán de entrar cuando una extraña reacción se apoderó de mi cuerpo, aunque solo fueron unos segundos escasos. Cuando me vi dentro y Vicky hubo cerrado la puerta tras de mí, me observó con fijeza y concentración absoluta, soltó el aire, que sabía que había contenido desde que me había visto en la puerta, y me abrazó con tanta fuerza que creí que la próxima en acabar en el hospital sería yo.
Se separó y sonrió débilmente, me percaté de que tenía puestos los pendientes que le había regalado por su cumpleaños.
- Gracias por lo que hiciste por Iride - Me dijo al fin.
- Es lo que debía hacer.

17 abril, 2010

Comentad ¡Gracias! (Comment. Thanks!)

Os agradeceríamos enormemente que comentárais nuestro blog y dejárais de esa manera constancia de vuestras visitas.
Muchas gracias a todos nuestros seguidores y a aquellos que aunque no nos siguen, sí que nos leen.
Esperamos que
Los Ojos que Ven y El Alma que Lee sean de vuestro agrado, habiendo llegado a apreciar a Aremis y a Iride tanto como nosotras, sus creadoras; y no nos olvidemos del nuevo proyecto de Ana: Blood Pact, un thriller lleno de misterios, asesinatos... y tantas otras cosas que ni siquiera a mí me ha desvelado ;-)
Seguidnos! Seguid disfrutando! Seguid leyéndonos! Y no os olvideis de "volar, volar, volar...!"
Muchos besos y saludos desde este rincón perdido en el gran mar que es Internet: Palabras de la Memoria.

16 abril, 2010

El Alma que Lee (Capítulo 6)


Eran las doce del mediodía. Mi madre se había ido a preparar bizcocho de chocolate, mi favorito. Mi padre estaba trabajando, y mi hermana que ya estaba de vacaciones se había ido al centro comercial con la excusa de comprarme ropa nueva para cuando saliera del hospital.
Así que me encontraba sola en aquella fría habitación observando por el pequeño ventanuco el parking, porque por desgracia no había tenido la suerte de que mi habitación estuviera orientada hacia los jardines.
Apoyé mi mano en la pared y tras levantar la manga de mi pijama rosa vi la cicatriz que tenía en el brazo derecho, no era algo alarmante, peor era la que tenía bajo el pecho, pero para nada me avergonzaba de ellas. Me parecía algo absurdo ocultar aquellas marcas que mostraban una parte de mi vida que para mi sorpresa había logrado superar.

Los Ojos que Ven (Capítulo 6)

Clark ya se había marchado y yo permanecía sentada en la cama sin saber muy bien qué hacer. El instituto se había acabado en el tiempo que había pasado en casa y ya me había hecho llegar las notas por correo. Mi abuela todavía seguía durmiendo plácidamente por lo que me encerré en mi cuarto y cogí el portátil.
En ese momento solo necesitaba distraerme para ir asimilando los cambios que estaban dando un giro de trescientos sesenta grados a mi vida, la cual siempre había considerado bastante aburrida y más que dolorosa. Damian estaba conectado y yo necesitaba hablar con alguien.
- Hola - Tecleé.
- Hola, ¿cómo estás, Aremis?
Me lo pensé un instante, ¿cómo estaba? Demasiado bien, desde luego, no; pero preferí no mencionar mis extraños sueños y el hecho de que se cumplían.

10 abril, 2010

El Alma que Lee (Capítulo 5)


Abrí los ojos. La luz me molestaba. Los volví a cerrar. Respiré profundamente y me arrepentí. De mi boca surgió un gemido.
El dolor se extendía por todo mi cuerpo al mínimo esfuerzo. Volví a respirar y continué sintiéndolo. Sonreí.
Levanté los párpados y observé el lugar en el que me encontraba. Una sala pequeña, iluminada por los rayos de sol que entraban por una diminuta ventana. El olor a desinfectante entraba por mis vías respiratorias y me provocaba náuseas.

Los Ojos que Ven (Capítulo 5)


Tras aquello me encerré de tal manera en mí misma que perdí totalmente la noción del tiempo y el espacio. Me metí en la cama y no volví a salir de ella en mucho tiempo, el suficiente para pensar y tener la posibilidad de volverme completamente loca.
No me levantaba salvo para ir al aseo y ducharme de vez en cuando. Permanecía sentada con la vista clavada en la pared azul de mi cuarto que me recordaba al océano. Se me pasaban por la cabeza mil cosas, pero la que más me turbó fue el pensar que yo había soñado con la muerte de mis padres y no había hecho nada para impedirlo. Aunque intentaba regresar a aquella noche del fatídico día, no conseguía recordar nada. Cogí mis diarios de entonces y los leí detenidamente intentado encontrar alguna pista que me llevara a la respuesta que necesitaba escuchar, aunque estaba completamente segura que si me juzgaran la única palabra que lo diría todo sería culpable.

07 abril, 2010

El Alma que Lee (Capítulo 4)


Mi madre había entrado muy despacio en mi cuarto, y con su mano derecha acarició dulcemente mi frente húmeda.
- Iride – susurró – Cielo, ya es hora de despertarse – añadió.
Abrí lo ojos lentamente. Mi madre subió las persianas haciendo que entrara un poco de luz para poder vernos pero no demasiada para no deslumbrarme.
- Buenos días mamá – dije sentándome en la cama.
Ella se acomodó a mi lado y me colocó la bandeja del desayuno sobre las piernas. Cogió una galleta de chocolate, me besó en la frente y la mordisqueó.
- ¿Qué te pasa cielo? Parece que has sudado mucho esta noche, no tendrás fiebre, ¿verdad?
- No, estoy bien, pero muy cansada. Entre la fiesta y la mala noche que he pasado…

06 abril, 2010

Los Ojos que Ven (Capítulo 4)

Tras haber dormido a penas tres horas la noche anterior me levanté de la cama recordando todo lo sucedido el pasado día y las terribles pesadillas que me habían acechado durante aquellos ciento ochenta minutos de trance que algunos llamaban dormir.
Recordaba los ojos, las manos, el cuerpo inherte tirado en la acera esperando que alguien se lo llevara, los coches estacionados en la calle, el sol que brillaba sin prestar atención a lo sucedido, la gente que se acercaba y al percatarse de lo sucedido se llevaban una mano a la boca y volvían sobre sus pasos...lo recordaba todo, todo menos el rostro de la persona que estaba a la espera de la muerte.
Me dirigí al cuarto de baño intentando eliminar el dolor retenido con una ducha de agua tibia, cerrando los ojos fuertemente y abriéndolos nuevamente al ver en la oscuridad de mis párpados a Robert, a Vicky, a Jake y a Iride, recuerdos que en algún momento, y esperaba que fuese pronto, desaparecerían de mi memoria.

01 abril, 2010

El Alma que Lee (Capítulo 3)


Llevaba media hora en el mismo lugar, sin prestar atención a nada ni nadie, intentando no pensar por qué me sentía tan terriblemente mal sin motivo aparente cuando mi hermana atravesó la entrada del salón, como era de esperar no iba sola.
Ya había tirado la caña y recogido el sedal, y como premio llevaba agarrado por la cintura a un tío que cualquiera hubiera deseado. Alto, moreno, de ojos castaños, con una sonrisa resplandeciente y con unos cuantos chupetones en el cuello, resultado de su encuentro con Vicky, deduje.
Se acercaron adonde me encontraba.
- Iride te voy a presentar a alguien.
- ¡Qué novedad! – mascullé. Ella no me escuchó, en cambió él me miró con curiosidad.
- Este es Robert, un amigo – cuando me levanté por cortesía, ella se acercó – Por ahora – me susurró al oído con una de sus estúpidas risitas de colegiala consentida.

31 marzo, 2010

Los Ojos que Ven (Capítulo 3)


Salimos de la casa en silencio. Ninguno de los dos dijo nada sobre lo que acabábamos de ver. La noche estaba cayendo sobre las calles, los edificios, los coches... y solo nos alumbraban unos focos de luz artificial que hacían que cada vez que miraba el rostro de Jake lo viera todavía más triste. Caminaba desganado, con la mirada clavada en el suelo intentando buscar consuelo en algún lugar que a mí me pareció inalcanzable.
No sabía qué hacer para que se sintiera mejor, sin embargo, en todas las ocasiones en las que yo me había encontrado decaída, él había solucionado mis penas con las palabras exactas que necesitaba escuchar, aquellas palabras que hacían que no me sintiera culpable, las que hacían que me perdonara a mí misma.
Y ahí estaba yo, caminando por la calle a las tres de la madrugada con mi mejor amigo el cual estaba realmente hundido. Nunca había sido una persona de muchas palabras, supongo que era porque las utilizaba para las cosas estrictamente necesarias. La comunicación definitivamente no era lo mío. Al final obté por el medio tradicional, aquel por el cual sin decir nada lo decimos todo.

25 marzo, 2010

El Alma que Lee (Capítulo 2)


Esa situación me podía. Tanto Jake como Aremis cuchicheaban entre ellos con la vista fija en mí. No era difícil saber de qué hablaban. ¿Lo adivináis? Pues de la hermana de Vicky. Yo no quería ser popular, desde luego. Pero preferiría que la gente me conociese como Iride o que directamente no supiera de mi existencia antes que saber de mí por un lazo de sangre, porque a parte de eso, Vicky y yo no teníamos nada en común.
Mi hermana se encontraba distraída mirándose en un espejo colgado en la pared cuando Jake le hizo saber de su presencia. Le saltó a los brazos y se enganchó a su cuello. Montando el espectáculo, por supuesto, eso en Vicky no era ninguna novedad. Ella era como la abeja reina, atraía a los chicos con miel, se la ponía en los labios y se la quitaba para que se quedaran con ganas de más. Si el chico no le gustaba o le parecía demasiado poco para ella lo utilizaba a placer, pero como le gustara podía prepararse porque difícilmente lo dejaría escapar. Ella solo ha estado enamorada una vez y cuando él rompió… Sólo diré que no me hubiera gustado estar en el lugar del chaval: un mes de hospital, pobre.

Los Ojos que Ven (Capítulo 2)


Nuestros ojos se cruzaron. Me miraba de un modo extraño. "Genial – pensé - acabo de llegar y ya me están odiando". Jake se percató de que la estaba mirando y se acercó un poco más a mí para que le pudiera escuchar entre el jaleo de la fiesta.
- Es Iride, la hermana de Vicky- me dijo.
Al final no quedó más remedio que ir a donde estaban Vicky e Iride. Vicky se encontraba de espaldas y lucía un espléndido vestido ceñido a su perfecto cuerpo del que las miradas de todos los chicos de la fiesta no podían apartarse.
Jake le dio un ligero toque en el hombro. Ella se volvió y al ver a Jake lo rodeó con sus brazos.

24 marzo, 2010

El Alma que Lee (Capítulo 1)

Tras despertarme contemplé pensativa el techo de mi habitación recordando la noche anterior. Me había ido con unas amigas de compras y nos encontramos a unos amigos de mi hermana mayor, Vicky. Nos pidieron que les aconsejáramos sobre algún regalo porque dentro de unos días es su cumpleaños, el caso es que terminamos en un pub y uno de los chavales se intentó propasar conmigo, le di una buena torta y mis amigas al verlo le insultaron y le dijeron de todo. Por supuesto, nosotras recibimos nuestro merecido, no sólo en insultos, es que habíamos ido en sus coches y no teníamos como volver. Tuvimos que reunir el poco dinero que llevábamos todas para pagar un taxi.
Fue desastrosa. Pero no tanto como mi rutina diaria.
- ¡Iride! ¡Levántate o llegarás tarde al instituto! – dijo mi madre desde el otro lado de la puerta.

23 marzo, 2010

Los Ojos que Ven (Capítulo 1)

Abrí los ojos lo más rápido que pude intentando alejarme de mis habituales pesadillas. Como todas las mañanas salí de debajo de las sábanas y apagué el despertador para acabar con aquel pitido infernal. Me vestí, desayuné y cogí mi cartera de la cama a gran velocidad cuando me di cuenta de que apenas tenía un cuarto de hora para llegar al instituto.

Llegué a tiempo pero creo que perdí la mitad de mi vida en el camino, al final para averiguar que el profesor estaba enfermo y no había venido. Me senté y saqué el libro de matemáticas para adelantar pero en ese momento apareció mi buen amigo Jake.
Esto empieza a tomar color...poco a poco comenzarán a volar las palabras...

22 marzo, 2010

Inaugurando nuestro blog!

Hi, friends!
Pues después de la pequeña introducción de Ana, os animo a visitar este pequeño sitio creado por y para nosotras pero también para compartirlo con todos aquellos que deseen pasar un buen rato, porque es una de nuestras intenciones y propósitos: encandilar al público por medio de pensamientos, comentarios, vivencias, recuerdos y en fin, todas las Palabras de la Memoria que podamos mostraros.
¡Disfrutad de nuestro blog!

Vale
¡Hola a todos! Esperamos poder ser un medio de entretenimiento así como un sitio donde os podais reír. Esperamos crear algo que os guste y que no sea para nada aburrido. Lo haremos lo mejor que podamos para que sea del agrado de todos.
Ana